Capítulo 21.
Al pasar las horas la noche llegó y el alfa guardó silencio, Jimin agradecía internamente porque parecía que leía sus pensamientos.
No tenía deseos de hablar y el alfa como si supiera no preguntó nada, al rato de encontrarse en silencio Jungkook sintió que era el momento justo de romperlo.
—Jimin, ¿qué pasa cariño?
—Tengo miedo Kook —siente pesado tragar su propia saliva.
—¿A qué te refieres cielo? —el alfa acaricia su mano.
—No lo sé, recordé muchas cosas y tengo miedo por ustedes, tengo miedo por Jin, Yongsun, Yoongi, Hoseok y por ti —suspira temeroso
—¿Por mí?
—No quiero que nada malo te pase, no quiero que te vayas y desaparezcas, lo bueno siempre se me escapa de las manos.
Jungkook lo toma para después recostarlo en sobre su pecho y el latido de su corazón sirvió como un arrullo para calmar la inquietud de su omega.
—Deja esos pensamientos, cariño, confiemos en que de ahora en adelante todo estará bien, ¿sí? Estamos juntos aquí y ahora, es lo único que importa.
—¿Crees que Dongwoo intente algo en contra de cualquiera de nosotros? Luego de todo lo que pasó.
—Que ni se atreva, porque entonces conocerá qué es el infierno en la tierra —su alfa se molestó—. Estuve a nada de acabar con él.
—No quiero que nada te haga daño, no me lo podría perdonar —su voz se quebró en el intento de hablar.
—Nunca, escúchame bien amor, jamás podría alejarme de ti —Jungkook se acercó dejando una serie de besos, sobre todo su rostro.
Sonrisas se le escaparon gracias a las caricias que el alfa le repartía por todo su sonrojado rostro.
Jimin se deja consentir, observa fijamente al alfa y habla —Yo quiero algo, necesito algo y yo me preguntaba si tú me podrías ayudar.
—Lo que tú quieras, tú pide lo que quieras y haré lo imposible para que lo tengas —Jungkook lo anima a continuar.
—Bien, es solo que yo quiero salir, y no quiero tener miedo, deseo poder ser valiente y defenderme, necesito enfrentarme al mundo, no puedo vivir siempre escondido bajo las rocas.
—No tienes idea de cuanto he deseado escucharte decir eso, cuando salgamos de esto te acompañaré en todo lo que necesites, pero cariño tú ya eres valiente, nunca lo olvides, ¿está bien?
—Gracias, Kook —el omega suspiró—. Creo que algo bueno hice en otra vida por tenerte a mi lado.
—Pienso lo mismo amor.
Jungkook toma el rostro de Jimin para que le preste atención a lo que dirá, el omega no puede dejar de observar sus labios —En la comisaria, Yongsun usa a los omegas de ejemplo, motiva a los muchachos para que trabajen con esmero —el cariño y admiración se escuchaban en sus palabras—. Ustedes pueden hacer lo que deseen, incluso pueden dejar atontados a los alfas con un par de golpes estratégicos —sonrió.
—Eres un exagerado.
—Claro que no. Así que al salir de aquí iremos a donde tú quieras y aprenderás técnicas de defensa, yo te enseñaré.
—Gracias, Jungkook.
✧✦✧
Pasada la mañana, Yoongi y Hoseok llegaron a visitarlos, ambos se veían muy tranquilos y cómodos estando juntos.
Yongsun y Jin llegaron con ropa y algunas provisiones de todo un poco que el omega hizo cargar a la alfa.
Realmente tenían todo en el hospital, pero Jin tenía la necesidad de hacerlos sentir como en casa, ingresó muchas cosas que realmente no servirían, pero él aseguraba que se podían necesitar en algún momento, como esa espátula de cocina que nunca usó en su vida.
Daebin se apareció entrada la tarde con un sobre con los resultados de los exámenes. Les dio la información a ambos sobre el estado de salud, prácticamente estaba curado y con respecto a Jimin todo marchaba de maravilla, su omega respondía de la mejor manera.
Los exámenes estaban perfectos, así que por el momento no había nada porqué preocuparse.
La recomendación de los especialistas era que permanecieran juntos hasta estar completamente bien. Ahora que sus lobos se habían reclamado necesitaban tiempo juntos para la total recuperación de ambos, además al llegar a casa Jimin debía intentar convertirse en lobo para ver la reacción de su omega.
Daebin recomendó tomarse las cosas con calma con respecto a su transformación, el alfa de Jungkook estaba muy ansioso por saber cómo lucía su lobo.
Después de dar las buenas noticias los dejaron solos, los chicos habían prometido regresar para tomar unos aperitivos juntos, y Yoongi informó que por cuestiones de seguridad el omega de lindos ojos se quedaría con él. Jin hizo algunas burlas con respecto a la decisión, pero no causó ninguna incomodidad en sus amigos.
—Oye cariño, ¿te puedo preguntar algo? —Jungkook habló abrazándolo por la cintura.
—Por supuesto.
—¿Exactamente qué sucedió para que te desmayaras?
—No lo tomes personal, pero fueron por tus pinturas, o eso creo —Jimin se siente inquieto de nuevo pellizcando sus nudillos.
—¿No te gustaron? —con delicadeza, Jungkook toma sus manos para evitar que se lastime.
—Claro que sí, son muy lindas, Jungkook, es solo que las dos me hicieron sentir cosas, una de ellas era un hermoso jardín de rosas, me recordó a mi mamá, es todo.
—¿Por su olor?
—Así es, esa era su esencia, las rosas —sonríe con nostalgia.
—Eso es muy lindo, ¿pero y la otra? —tantea intentando saber qué ocurre.
—Fueron los libros, recordé a mi omega, siempre me hicieron sentir mal por mi olor, no es muy común con eso que dicen que los omegas deben tener fragancias suaves y dulces. No aroma a libros empolvados, ¿alguna vez conociste a un omega con ese tipo de aroma? Libros... —bufa.
—Me encanta tu olor, es muy relajante y se complementa con el de mi alfa, realmente lo vuelve loco —Jungkook le habló con un destello en los ojos—. Es algo único.
—Tu olor también me gusta, es muy tranquilizante, me encanta el olor de lluvia en la tierra y ese ambiente terreno.
—Gracias, cariño, ¿qué sucede Jimin? —cuestionó Jungkook al sentir que algo más hacía sentir triste a su omega.
—No fue solo eso, ¿recuerdas más de tu otra pintura? —carraspea nervioso.
—Si también había...
—Ayuda... —pidió Yongsun irrumpiendo en la habitación con Jin pisando fuerte sobre el piso, siguiéndola muy enfadado.
Eso provocó que Jimin riera por la actitud de su amigo, no sabía con qué saldría ahora.
—Qué lindo te ves riendo, cariño —el alfa picó la nariz del omega con su dedo índice, se acomodó para ver a su hermana dejar todo sobre uno de los sillones.
—¡Eso fue agotador! —exclama la alfa dejándose caer hacia atrás.
—Hola chicos, gracias por tocar la puerta, pasen adelante con toda confianza y pónganse cómodos —Jungkook finge una sonrisa a la pareja.
Jin se acercó a Jimin abrazándolo para estar junto a él.
—¿Qué sucede Yongsun, por qué se encuentran así? —Jungkook inquiere intentando separar a Jin de Jimin.
—Es Jin, dice que ya no me quiere —hizo un pequeño puchero.
—¿Es cierto eso Jin? —preguntó Jimin tratando de buscar el rostro escondido de su amigo.
—Sí.
—¿Por qué dices eso?
—Yongsun no me quiere dar pastel de chocolate.
—Oh amigo, pero sabes que eso te hace daño y a tu cachorro no le agrada mucho, vomitarás de nuevo si lo comes.
—¿Entonces por qué me pide que lo comamos? —se reincorpora frustrado—. No lo entiendo, muero por una rebana de pastel y además tú no estás en casa para que me cocines postres y los de las pastelerías no los hacen como tú.
—Cuando regrese te haré todos los pasteles que quieras.
—Por eso te amo —Jin suspira y su rostro denota que de nuevo empezará a llorar—. Daebin vendrá en unos momentos para hablar con ustedes, sabes que te quiero mucho, ¿verdad? —Jin se abraza a Jimin.
—Amigo, ¿qué te sucede? —el ojiverde frota su espalda.
—Yo... no me hagas caso querido, son las hormonas —respondió limpiándose sus lágrimas.
—Jin...
—No te miento, es solo que sigo emocional y lo que pasa... —Yongsun carraspea para interrumpir a su omega.
—Bien, si es lo que prefieres, está bien —Jimin le mira con pesar. Jin se deja en los brazos para abrazarlo.
Las enfermeras de turno entraron a su habitación reprendiendo a Jin por todo lo que llevó.
—No las escuchen preciosas —el omega hablaba a las macetas que daban vida al frío lugar—. Las del turno de ayer me felicitaron por lo lindo que se miraba todo, ustedes no saben apreciar lo bueno de la vida —termina haciéndoles una mala mirada.
La omega adulta entró en la habitación haciendo señas a la pareja.
Ambos vieron a Jungkook quien perfectamente entendió lo que se venía.
—¿Jimin? —ella llama y él siente que todos le observan.
—¿Qué sucede, por qué todos me miran de esa manera? —inquirió nervioso.
Daebin sonríe para calmarlo —No te preocupes querido, solo necesitamos hablar contigo un poco.
—¿Y Hoseok? —pregunta con preocupación—. ¿Le sucedió algo?
—Él está bien, salió con el alfa a tomar un poco de aire. No te preocupes.
—¿Jungkook? —Jimin buscó al alfa no creyendo las palabras de la omega.
—Tranquilo amor, todo está bien, ¿sí? —Jungkook liberó su olor para relajar al omega.
—Necesitamos hablarte de algo Jimin, todos los exámenes que te realizamos eran necesarios para verificar tu estado de salud, tu omega se encuentra muy bien y si te soy sincera tenemos un poco de miedo, pero es necesario que sepas algo inmediatamente.
—Kook... —lloriquea, el alfa lo tomó en sus brazos acomodándolo sobre su regazo, acción que provocó que su omega se avergonzara y Jungkook sonrió abrazándolo fuertemente.
—Pasa algo conmigo, ¿verdad? ¿O es con Hoseok? ¿Jungkook? ¿Jin, Yongsun o Yoongi?
—No cariño, todo está bien, solo relájate y confía en mí, yo estaré todo el tiempo a tu lado —Jungkook susurra en su oído.
—Díganme de una vez que pasa, me están matando de los nervios —inquieto, intenta separarse del alfa, pero él lo retiene con cariño.
—Jimin escúchame con atención, no temas —Daebin se acercó con cautela.
—Ya dímelo —exige intentando respirar. Jungkook acaricia su cabello y se calma un poco.
La omega estuvo un largo rato hablándole, Jimin al escuchar todo lo que dijo negaba tomándose el corazón. Todos le rodearon cuando empezó a llorar, desgarrando el alma de todos al ver el dolor con que este se desahogaba.
Jin lloraba en los brazos de su alfa al ver la tristeza de su amigo.
Daebin intentaba seguir fuerte hablándole y consolándole.
Jungkook lo sujetaba, él era su soporte en estos momentos.
—Irás, creo que te servirá mucho poder cerrar todo en tu vida Jimin, yo sé que esto es muy doloroso, pero es necesario, todo estará bien confía, todos te van a acompañar y estarán para ti, ya se había hablado antes para ser fuertes por ti y para ti.
—No, no, no, por favor... —sollozaba en súplicas.
Jungkook fue su ancla, le habló interminables palabras mientras limpiaba sus mejillas a causa de su doloroso llanto.
—Alfa... —el omega buscaba el cuello de Jungkook para refugiarse en su aroma.
Jimin lloró hasta quedarse dormido en los brazos de Jungkook. Este se contuvo, su alfa luchaba por salir y terminar con todo de una vez por todas, nunca pensó sentir un sufrimiento como el que sentía en su corazón.
Jin estaba todo rojo y con los ojos hinchados, Yongsun trataba de consolarlo hablándole que debía calmarse o podría hacerle daño a su bebé.
—Es un maldito, infeliz, mal nacido hijo de puta, debemos hacer algo para que ese idiota pague todo lo que le hizo a Jimin —Jin habló furioso.
—Ya nos encargaremos de eso omega, ese pedazo de mierda deseará no haber nacido —Yongsun completó.
—Mi pobre bebé... —dijo el castaño viendo a su amigo hipar aún dormido.
✧✦✧
La noche fue larga, Jimin despertó por la madrugada llorando y Jungkook no se movió demostrándole que nunca se marcharía de su lado y nunca lo dejaría solo. Se volvió algo intenso intentando cuidarlo y protegerlo a tal grado que hubo un momento que ni los doctores podían entrar. Un lobo puro protegiendo a su omega es un peligro.
Jimin no fue capaz de volver a dormir, únicamente se dejó mecer por Jungkook, el alfa quitaba su cabello de su rostro y lo marcaba con su aroma —Ya amor, todo estará bien.
—Yo no lo lograré, Kook.
—Claro que sí, cariño, me tienes a tu lado. Tú puedes y confiamos en ti, debes confiar en ti mismo.
Cuando el sol salió todos se prepararon para acompañar a su amigo, Hoseok y Yoongi estarían esperándolos en el lugar, Jimin se quedó en completo silencio, no habló para nada, se sentía incapaz de emitir palabra alguna. Solo se dejaba acariciar por su alfa.
Subieron a los autos con el rumbo fijo. Jungkook sujetaba fuerte la mano de Jimin que no dejaba de llorar en silencio.
La mañana era nublada y triste, en sus pensamientos solo se reproducían aquellas risas que un día le dieron aliento de vida.
A medida que el camino se acortaba para llegar a su destino, Jungkook le tendió un ramo de rosas blancas y todos los demás llevaban una rosa roja en manos.
Jimin limpió sus lágrimas en un fallido intento de verse fuerte.
Su vista iba fija en el camino, los árboles se quedaban atrás a medida que avanzaban por la carretera, era un sitio solitario con grandes pinos en ambos lados abriéndoles paso, el frío del clima le ayudaba a calmar su agitada respiración.
—Llegamos... —anunció la alfa después de un rato. Ella observó a todos con pesar.
—Bien —Jungkook responde ayudando a Jimin que no se movía de su asiento.
Yongsun y Jin se quedaron recostados en el auto, ambos derramando lágrimas por su amigo. Jungkook lo sujetaba fuerte.
Jimin salió de sus pensamientos queriendo recordar aquello que nunca juró olvidar.
Jungkook apretó su mano dando fuerza a través de ella, Jimin solo veía el ramo de rosas en su mano, memorias de su pequeño invadieron en sus pensamientos.
Su sonrisa, sus mejillas redondas, sus grandes ojos verdes.
Su suave y pequeña voz.
—Mi pequeño Jae, mi bebé, yo nunca te olvidé... —susurró apretando el ramo en su pecho para luego besarlo.
Sus grandes abrigos los cubrían del frío clima, caminaron hasta llegar a un punto donde había muchas flores salvajes sembradas.
Una gran ráfaga de viento meció las copas de los árboles, permitiendo que se desprendieran muchas hojas en un baile interminable que le rodeó. Solo se escuchaba el sonido del viento.
Jimin giró sobre sí mismo buscando eso que ya no estaba, sintiendo la brisa golpear suavemente su piel, sus rizos se movían en un delicado vaivén.
Cerró los ojos, respirando profundo y dejándose inundar por la frescura, por ese sentimiento.
Caminó hasta llegar a donde se le indicó, su vista se nubló, solamente se pudo aferrar a las rosas que llevaba en manos.
Sin poder soportar más se dejó caer sobre sus rodillas frente al pequeño montículo de tierra con un sembradío de flores silvestres, eran color lila y se movían de un lado al otro al son del viento.
Con el rostro agachado dejó salir la tormenta de su alma.
—Jae...
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